El rojo de la balanza comercial con el Brasil forma parte de las discusiones que las más altas autoridades de ambos países sostendrán este jueves en la séptima reunión de la Comisión de Comercio e Industria.
Si bien el foco será la revisión de las compras a automotrices brasileñas, ambos países trabajan desde hace rato a más altos niveles explorando mecanismos para bajar la diferencia de u$s 8187 millones entre exportaciones e importaciones de ese país.
Tanto en Buenos Aires como en Brasilia se trabaja hace meses para diversificar los envíos, hoy concentrados en el poderoso polo industrial y económico de San Pablo, y también en diversificar la oferta exportable.
La embajada argentina, a cargo de Carlos Magariños, trazó una estrategia que fue comunicada a fines del año pasado a la Cancillería, consistente en propiciar la relación con cámaras empresarias del centro-oeste del país (que componen los estados de Mato Grosso, Mato Grosso del Sur, Goiás y el distrito federal, con 13 millones de habitantes) y del nordeste, con casi 50 millones de habitantes y creciente demanda de bienes y servicios.
Con tal fin, en septiembre pasado se formalizó la creación de la Federación de Cámaras de Comercio Argentinas en Brasil, que reúnen a los actores de las 13 plataformas de negocios que existen los estados de Paraná; Santa Catarina; Rio de Janeiro; Rio Grande do Sul; Minas Gerais, San Pablo, Bahía; Pernambuco; Ceará; Paraíba; Mato Grosso (del norte y del sur) y Goiás, que cubren el 85% del PBI del Brasil.
El Gobierno evalúa que es a través de un diálogo directo en el terreno que se puede apalancar la demanda de alimentos elaborados, como vino y aceite de oliva, entre otros productos del complejo agroindustrial. Para el norte brasileño, se piensa en los bienes de almacén, y más al sur, alimentos de la gama gourmet. En el centro-oeste, la oferta es generalizada y para más productos y servicios agropecuarios. A su vez, se procura impulsar la exportación de servicios basados en el conocimiento, que fueron eximidos del pago de la doble tributación en los últimos meses. También se pretende reducir los costos logísticos, variable indispensable.
La reunión de hoy llega luego de encuentros de la reunión bilateral de viceministros de Relaciones Exteriores, donde el desequilibrio en el comercio fue puesto en la mesa. Argentina insiste en que la demanda del país vecino podría ser más grande, pero la contraparte se limita a justificarse en las fuerzas del mercado, sin dejar el compromiso por bajar barreras no arancelarias y promover una convergencia de normas para más intercambio.
En las reuniones bilaterales, el acuerdo de asociación estratégica entre el Mercosur y la Unión Europea, todavía en negociación y sin un final a la vista, provoca tensiones entre los socios más grandes de la unión aduanera. Y es porque Brasil comienza a sugerir la idea de acabar con el régimen de importaciones controladas a través del flex en 2020, una vez que el mecanismo se venza. Para entonces, el acuerdo con la UE estará en vigencia y dará lugar a un libre comercio automotor, con lo cual Brasil no ve necesidad de regular el comercio intrarregión. Europa es un socio poderoso, astuto y ambicioso en esta negociación. Y Brasil, en parte, también lo es.