La decisión del Gobierno de elevar al doble las retenciones a la exportación de biodiesel, para llevarlas a 15%, sorprendió tanto al sector como a los especialistas, y generó incertidumbre sobre los efectos que tendrá en la actividad y dudas sobre el motivo detrás de la medida.
Esta medida, que regirá a partir del 1 de julio próximo, eleva desde 8 a 15% el nivel de retenciones que tributan las exportaciones de biodiésel, el combustible que se elabora con aceite de soja. La decisión se adoptó mediante el decreto 486/2018 publicado hoy en el Boletín Oficial, con la firma del presidente Mauricio Macri y de los ministros Marcos Peña, Francisco Cabrera, Juan José Aranguren y Nicolas Dujovne.
Meses atrás, el Gobierno había hecho cambios en la estructura arancelaria del biodiésel, luego de que el Departamento de Comercio de los Estados Unidos aplicó aranceles de importación superiores al 65% a los cargamentos del biocombustible argentino. La decisión de la gestión de Donald Trump fue justificada como una medida antidumping.
La alícuota de retenciones al biodiésel había sido elevada de 0% a 8% hacia fines del año pasado y ahora se volverá a aumentar a 15% desde el 1 de julio. Así busca reducir el diferencial arancelario que existe a favor de las exportaciones de este producto y en detrimento de su materia prima, el aceite de soja, que en estos momentos tributa un 24,5% de retenciones.
«De acuerdo con la reducción progresiva de la alícuota del derecho de exportación del aceite de soja establecido en el Decreto 1343/16, resulta necesario continuar propiciando la convergencia entre los derechos de exportación de dicho producto y el del biodiésel», dice la norma publicada hoy en el Boletín Oficial.
Por dicho diferencial, considerado como un «subsidio» por los países o bloques que importaban el biocombustible producido por el complejo oleaginoso local, la Argentina no solo recibió sanciones del gobierno de Trump sino que ya enfrentó un conflicto con la Unión Europea en 2013, que terminó dirimiéndose en los tribunales de la Organización Mundial de Comercio.
En un primer momento, desde la Cámara que nuclea a los productores, CARBIO, prefirieron no hacer comentarios aún sobre la medida. «Vamos a esperar», respondieron ante la consulta de ámbito.com.
En tanto, el director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo, consideró en diálogo con este medio que «quizás con esto se puede empezar a reducir conflictos con Europa y EEUU» por las ventas del biodiésel argentinos a eso mercados. «Están morigerando la principal razón para acusarnos de dumping», opinó.
Sin embargo, dijo desconocer «cuál es la razón y el fundamento de esta medida», pero que si es fiscal «no creo que haya tanta recaudación en juego». Esto debido a las versiones que indican que el Gobierno no tiene del todo descartada la posibilidad de frenar la rebaja de retenciones a la exportación de soja e imponer nuevos gravámenes a las de trigo y maíz, en el marco de la estrategia de acelerar la reducción del déficit.
Por su parte, el analista Salvador Di Stefano consideró que «la idea de gravar con más retenciones al biodiesel no me parece una buena idea». «Me parece que lo que va a generar que los que hacen biodiesel compren más barata la soja y se produzca una baja de soja en el mercado del disponible», argumentó.
«Si esto tiene que ver con algunas normas de la OMC para iguala las retenciones de soja con las de biodiesel me parece bien, pero si no está fuera de lugar. Si fuera un efecto recaudatorio es muy negativo y va a terminar afectando la cotización del disponible», agregó Di Stefano.
Según recuerda la agencia Télam, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario indicó pocos días atrás que a pesar de ese contexto la producción de biodiésel en los dos primeros meses de 2018 fue «récord en términos históricos con un poco más de 400.000 toneladas en el bimestre».
Tal producción se usa tanto para mantener el corte obligatorio del gasoil en el mercado interno como los pedidos del mercado internacional. En ese sentido, la bolsa rosarina señaló que «lo que suceda en materia de consumo y exportaciones definirá el nivel de producción final en el año 2018», y estimó que la oferta podría variar entre 2,29 millones de toneladas y 2,85 millones.
El consumo interno de biodiésel para 2018 fue estimado en dicho trabajo entre 1,19 millones y 1,4 millones de toneladas, que van a incorporarse al gasoil como corte obligatorio.
Mientras tanto, según la Bolsa de Rosario la exportación del biocombustible podría variar entre 1,13 y 1,53 millones de toneladas, «suponiendo ventas al exterior similares a las del año pasado» a Perú, Canadá y la Unión Europea.