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La integración es el gran desafío de la región

Por Felix Peña

Unos cien especialistas en integración regional y relaciones internacionales, provenientes de países latinoamericanos y europeos, participaron en el Primer Congreso Latinoamericano en Bogotá (21 y 22 de junio 2018). Fue organizado por el Grupo de Reflexión sobre Integración Regional y Desarrollo Sostenible (Gridale). Contó con el auspicio de la Universidad Cooperativa de Colombia y la dirección de Edgar Vieira Posada, con acreditada trayectoria en el plano académico y en el de la acción gubernamental.

Las presentaciones efectuadas y los debates a que dieron lugar reflejaron una diversidad de perspectivas tanto sobre los profundos y continuos -tecnológicos, políticos, sociales, culturales y económicos- que se están operando a escala global como sobre sus impactos en la integración regional, especialmente en América Latina y en Europa. Son cambios que están tornando obsoletos conceptos, paradigmas, teorías y formas de operar en el plano internacional, que provienen en especial de los años que siguieron a la última guerra mundial.

Una apreciación predominó en las presentaciones y en los debates, así como en las múltiples conversaciones a que dan lugar encuentros de este tipo. Ella fue que tanto la crisis global -con implicancias políticas, incluso internas en países con protagonismo internacional relevante- como las que se observan en el plano regional europeo y latinoamericano reflejan cambios profundos que quizás estén en sus fases iniciales.

Ello implica la necesidad de realizar un gran esfuerzo por parte de los diversos protagonistas en cada país -sean ellos de los sectores gubernamentales, empresarios y sociales, y académicos- para tratar de entender la dinámica de cambios que se está produciendo, sus orientaciones y sus efectos potenciales tanto en el corto como en el mediano y largo plazo. Es un esfuerzo que requiere calidad de información y continuidad, ya que tan pronto se cree tener un diagnóstico preciso nuevos hechos los pueden tornar obsoletos.

En el mundo actual son requerimientos esenciales a la hora de aspirar a insertarse con un razonable éxito en la competencia por acceder a los mercados mundiales y, en particular, a tener acceso a los emergentes consumidores de clase media urbana, que cada vez más se destacan, en países de Asia y África, y de la propia América Latina. Suelen estar bien informados sobre sus opciones.

Tras la presentación de Andrés Malamud sobre las crisis del multilateralismo y de la integración, en América Latina y en Europa se abordaron problemas fundamentales que encara hoy la integración latinoamericana, así como los ajustes que los procesos existentes -que en algunos casos provienen de un mundo muy distinto del actual- requerirán para preservar su vigencia, recuperando efectividad y eficacia.

A continuación, cuatro cuestiones dieron lugar a múltiples e interesantes presentaciones y a intensos debates. Fueron: la razón de ser de la integración y la conceptualización de un nuevo marco teórico de la integración regional; la armonización de políticas para una integración multidimensional y el desarrollo sostenible; el mejoramiento de la gobernabilidad mundial y la profundización de la gobernanza multinivel, y el marco multilateral como herramienta de la integración regional en un sistema multipolar.

En un foro como el de Bogotá, además de conclusiones que se captan en la relatoría final, lo más relevantes son las que cada participante extrae. En mi opinión, tres fueron las principales que extraje de lo que escuché en la reunión.

La primera es sobre la importancia -sea uno, por ejemplo, un funcionario, un empresario, un especialista o alguien que se prepara para serlo, un dirigente social, un periodista- que tiene, en un contexto de alta dinámica y de relevancia hacia el futuro, estar bien informado y tener acceso a fuentes de información que permitan entender -en la perspectiva de la función que uno cumple o aspira a cumplir en una sociedad- una dinámica de cambios que probablemente se agudizará en los próximos años. En el caso concreto del comercio internacional, tales cambios trascienden requerimientos informativos del corto plazo.

La segunda conclusión es sobre la importancia que tiene entender los alcances de cuestionamientos que se están observando sobre las reglas de juego del sistema multilateral del comercio y en particular sobre el «principio de no discriminación», la «defensa comercial» y el «mecanismo de solución de controversias en la OMC».

Son cuestionamientos que de prosperar equivaldrían por sus efectos potenciales sobre el comercio exterior de nuestro país a lo que ocurriría si en el comienzo de un partido de fútbol el local -imaginemos la final de una Copa del Mundo o de nuestra región- nos dice que las reglas pueden ser cambiadas a su voluntad en cualquier momento.

Y la tercera tiene que ver con conceptos y metodologías de la integración latinoamericana. Cómo encarar en el futuro la idea de trabajar juntos, utilizando modalidades de acuerdos con reglas que permitan conciliar a la vez dos objetivos a menudo percibidos como contradictorios. Ellos son el de la «flexibilidad», que se requiere en un contexto expuesto a múltiples e imprevistos cambios internos e internacionales, y el de la «previsibilidad», que un inversor requerirá para invertir y generar empleo sostenible, y así desarrollar bienes y servicios orientados a competir en el mercado internacional.

Fuente: La Nación


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